La comida puede ser una parte tan agradable de nuestras vidas, que es fácil olvidar que también garantiza nuestra supervivencia a través de la alimentación que proporciona. Nos preocupamos por comer varias veces al día, y no hay nada que influya más en nuestra salud que la selección y cantidad de alimentos que ingerimos “ somos lo que comemos”.
El primer principio de una alimentación sana es que los requisitos de todos los nutrientes esenciales estén presentes.
Los alimentos mantienen y regeneran los tejidos corporales, regulan los procesos del cuerpo y suministran calor y otras formas de energía.
Los alimentos están compuestos de proteínas, grasas, hidratos de carbono, agua, vitaminas y minerales.
Los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas son las tres fuentes principales de energía de nuestra dieta. Estos macronutrientes están presentes en los alimentos que ingerimos en cantidades relativamente grandes.
La malnutrición no es exclusiva de los países del Tercer Mundo. Se produce siempre que el cuerpo no aprovecha adecuadamente la comida que ingiere. La malnutrición puede igualmente significar supranutrición, especialmente cuando está relacionada con desequilibrios, como exceso de grasa o demasiado azúcar en la dieta.
Hoy en día, los cambios radicales en los métodos de producción, elaboración y comercialización de alimentos han hecho que los hábitos alimenticios se alejen de nuestra dieta evolutiva. Los estantes de los supermercados están cargados de enormes cantidades de productos entre los que escoger.
Estos alimentos industriales ya no conservan su complemento natural de fibras, vitaminas y minerales. Con estos cambios se han producido desequilibrios en la composición alimenticia de nuestras dietas, caracterizadas por un exceso de alimentos altos en calorías de escaso valor nutritivo.
No es necesario renunciar a todo lo que nos gusta para proteger nuestra salud. La comida sana no es incompatible con la comida agradable: no es una lista de “noes”. Es una de las cosas más positivas que podemos hacer por nuestra propia salud y bienestar. Tenemos que recordar que “ comer es un placer”.
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